Los “puntos gatillo”, también conocidos como nudos musculares, son zonas específicas y, como el nombre indica, puntuales, que son hiperirritables e hipersensibles en el tejido músculo esquelético. Se caracterizan por generar espasmos al ser estimulados, incluso mediante la sola palpación, es decir, contracciones involuntarias del músculo, que además son dolorosas.
¿Qué se sabe de los puntos gatillo?
Aún cuando nada indica que sean un fenómeno reciente, sólo han sido estudiados en las últimas ocho décadas. Sus características son las siguientes:
- Dolor asociado a un punto específico, bien delimitado, en el tejido músculo esquelético o en la fascia (tejido conectivo que rodea los músculos). Este dolor no está asociado a traumatismos, procesos degenerativos, neoplasias ni infecciones.
- El punto doloroso puede percibirse como un nódulo o banda en el músculo, y cuando se estimula se produce un espasmo.
- Al palpar el nudo, se produce una irradiación que sigue el trayecto del músculo.
¿Qué causa los puntos gatillo?
Pueden deberse a varias causas, entre ellas:
- Sobrecarga crónica de los músculos.
- Activación remota, a partir de otros puntos similares.
- Estrés psicológico.
- Desequilibrios homeostáticos (es decir, pérdida de los equilibrios físicos y químicos básicos del organismo).
- Traumatismos. Si bien muchas veces no se explican por traumatismos, sabemos que los traumatismos pueden causar la aparición de estos puntos sensibles y dolorosos.
- Infecciones.
- Pinzamiento de nervios o radiculopatías.
Los puntos gatillo se forman en los músculos. No obstante, las contracciones y espasmos musculares que producen, pueden afectar nervios y ligamentos asociados a los músculos. Esto da lugar a dolor en regiones articulares profundas, donde no hay músculos.
¿Cómo se diagnostican y tratan?
A diferencia de otras afecciones del sistema músculo esquelético el diagnóstico es, en forma casi excluyente, clínico. Es decir, lo hace el médico en consulta, tomando en cuenta la información que refiere el paciente más el examen físico, evaluando la respuesta del paciente a la palpación del punto doloroso.
No hay evidencia sólida a la fecha de que las imágenes médicas puedan servir de apoyo en el diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, los puntos gatillo dan origen, en muchos casos, al llamado síndrome de dolor miofascial, que trato en mayor profundidad en otro artículo en este sitio, incluyendo sus alternativas de tratamiento.
De todos modos, algunas terapias empleadas son electroterapias, ultrasonido y terapias físicas focalizadas en los puntos. El resultado de estas últimas depende de la destreza y competencia del terapeuta, ya que las maniobras físicas que demuestran efectividad son específicas. La evidencia no es concluyente acerca de otras terapias posibles.
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Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor