El dolor en el cuello (o cervicalgia) afecta a más de 330 millones de personas en el mundo entero, un 10% de estos casos son de carácter crónico. Es muy probable que conozcas a alguien que lo padece, o que tú mismo lo sufras en algún grado. ¿A qué se debe? ¿Puede tratarse la cervicalgia?
¿Qué causa el dolor en el cuello?
En la región del cuello hay diferentes estructuras con diferentes funciones: venas y arterias, nervios, parte del sistema respiratorio y digestivo, músculos, etc., por lo tanto, hay diversas posibles causas de cervicalgia.
Lo más probable es que la cervicalgia sea de origen muscular, por una contractura debida al estrés, una mala posición al dormir o una mala postura al trabajar. No obstante, en algunos casos el dolor en la zona del cuello puede ser síntoma de condiciones más serias de salud.
En casos severos, el dolor puede hacerse crónico, y por lo tanto, ser causa de discapacidad. Puedes ver aquí mi artículo sobre la discapacidad.
Cuáles son las causas más frecuentes de la cervicalgia
- Estrés
- Contractura muscular, muchas veces debida a malas posturas o posturas prolongadas. Por ejemplo, dormir o trabajar en posiciones incómodas o incorrectas. Esto puede ocurrir en personas que tienen puestos de trabajo con sillas inapropiadas o cuando el escritorio o el computador en el que trabajan está ubicado muy bajo o muy alto, o no está bien centrado (trabajar “hacia un costado”). También ocurre si la posición al dormir es incorrecta. Por ejemplo, en personas que duermen en lugares inapropiados como un sofá, una cama incómoda o demasiado blanda, o que tienen una mala postura al dormir, con la cabeza flectada o “torcida”. Este tipo de dolor, si la causa es momentánea, desaparecerá a las pocas horas, pero si la mala práctica es permanente, puede mantenerse.
- Fatiga muscular: normalmente por sobreesfuerzo.
- Heridas o traumatismos: Pueden producirse por la práctica de algún deporte, accidentes menores al conducir o por actividades cotidianas. Si el accidente es serio, puede ser necesario acudir a un servicio de urgencia. Las lesiones graves en el cuello son una condición seria.
- Movimientos repetitivos o violentos: Por ejemplo, los movimientos de látigo de la cabeza.
Dolor de cuello debido a otros problemas de salud más serios y menos frecuentes
- Infarto de miocardio: el dolor que precede y que ocurre durante un infarto no se limita al tórax, una de las zonas de irradiación de dolor más frecuente es el cuello.
- Meningitis.
- Artritis reumatoidea: La artritis reumatoidea causa inflamación de las articulaciones, dolor y deformaciones óseas. Si bien no es lo más frecuente, puede ocurrir en la región del cuello.
- Osteoporosis: La osteoporosis, que es la aparición de espacios en los huesos, normalmente asociado a edades avanzadas, es más frecuente en las extremidades, pero puede presentarse en el cuello.
- Fibromialgia: Es una condición que causa dolor crónico en diferentes partes del cuerpo, pero especialmente en la región del cuello.
- Espondilosis u Osteoartritis del cuello: A medida que la edad avanza, los discos cervicales se degeneran progresivamente. Esto disminuye el espacio entre las vértebras.
- Atrapamiento de nervios en la región cervical.
- Hernia de los discos intervertebrales a nivel de la columna cervical.
- Estenosis espinal: estrechamiento del canal espinal a nivel cervical.
- Otras causas menos frecuentes son las anomalías congénitas, infecciones y abscesos, así como el cáncer.
¿Cuándo debo ver a un médico si me duele el cuello?
En caso de urgencias: Si la causa del dolor es un trauma severo, o si este va acompañado de otros síntomas indicativos de infarto (dolor en la zona del pecho, sensación de presión, dificultad para respirar) obviamente debes acudir a un servicio de urgencia de inmediato. Lo mismo ocurre si hay otros síntomas intensos y muy molestos (vómitos intensos, dificultad severa para tragar).
Es aconsejable ir al médico si el dolor persiste por más de una semana, o si aparecen otros síntomas o signos, por ejemplo:
- Si el dolor no cede y no tiene causa aparente.
- En caso de fiebre o dolor de cabeza.
- Si aparece un bulto en la zona del cuello.
- Si hay náuseas, vómitos o problemas para tragar o respirar.
- Sensación de debilidad, adormecimiento u hormigueo.
- Dolor irradiado a otras zonas, como las extremidades.
- Si no se puede tocar el pecho con la barbilla.
- Si aparecen problemas intestinales o urinarios.
¿Cómo puedo prevenir o eliminar el dolor en el cuello?
Sin perjuicio de que en algunos casos es necesario ir al médico, algunas conductas simples pueden ser de ayuda:
Al dormir
- Asegúrate de tener la cabeza al mismo nivel que el resto del cuerpo, adopta una posición en que la cabeza no esté flectada ni torcida. No duermas de frente.
- Tu cama debe ser relativamente rígida. No al punto que sea incómodo dormir, pero sí procura que tu cuerpo, incluyendo la cabeza y el cuello, tengan un soporte adecuado.
- Usa una almohada baja y relativamente firme. La idea es que tu cabeza quede en una línea con el resto del cuerpo.
Durante el día
- Cuida tu posición al sentarte: siéntate derecho, lleva tus hombros y cuello suavemente hacia atrás y mantén tu columna recta, en particular la zona cervical.
- Haz un alto a intervalos regulares, no permanezcas inmóvil en la misma posición por períodos prolongados.
- No hables por celular afirmando el teléfono entre tu hombro y tu cabeza. Usa audífonos, manos libres u otra ayuda. Especialmente en llamadas prolongadas o si tu actividad normal requiere que hables mucho por teléfono.
- Ajusta tu puesto de trabajo: la silla debe dar un buen soporte a tu espalda, facilitar que adoptes una posición con la columna recta, incluyendo el cuello.
Cuando se trata de las condiciones del trabajo
Esto requiere que el escritorio o superficie de trabajo tenga la altura adecuada. Si trabajas principalmente con un computador, ubícalo centrado con respecto a tu posición, no trabajes “de costado”.
Si tu trabajo requiere que conduzcas mucho, adopta una posición al volante que no necesite extender mucho los brazos, lo más simétrica posible. Esta es además, la posición de conducción más segura para evitar accidentes.
Cuida tu espalda como un todo, en ocasiones la cervicalgia es un dolor irradiado desde otras partes de la espalda.
Finalmente, procura tener un buen soporte para tus brazos y muñecas. Los brazos no deberían quedar “en el aire”.
¿Qué medidas te pueden ayudar?
- Automedicarse no es bueno, no obstante, por períodos acotados y en dolores puntuales, puedes tomar paracetamol o ibuprofeno. Si el dolor persiste debes ver a un médico.
- Aplicar calor o frío locales en el cuello puede aliviar el dolor. El calor aumenta el flujo sanguíneo a la zona en que se aplica, es útil para la rigidez que se observa en los músculos en la mañana o para preparar los músculos para la actividad. Por su parte, el frío reduce el flujo sanguíneo, reduciendo la inflamación y el dolor, por lo tanto, es útil en dolores de corto plazo, como el producido por una contractura o esguince.
- Ciertos ejercicios pueden ayudarte. Ten cuidado con los ejercicios de cuello, no hagas movimientos bruscos ni muy exigentes. El cuello es una región delicada y estos son ejercicios de elongación y relajación, no de preparación física.
Por ejemplo, una rotación lenta y suave de la cabeza girándola o extendiéndola hacia los costados, o estirar los músculos del cuello inclinando tu cabeza a un costado mientras con la mano del mismo lado sostienes el hombro del lado opuesto.
Estos ejercicios deben realizarse lenta y gentilmente, en pocas repeticiones (no más de 10) y sin demasiada exigencia.
Otras medidas que también pueden reducir el dolor en el cuello
- Recibir un masaje suave en la zona del cuello puede ayudar. Este masaje, si es realizado por una persona cercana no especializada, debe ser más bien breve y gentil. Las terapias físicas especializadas, más intensas y focalizadas, deben estar a cargo de un profesional.
- Inmovilizar el cuello: es preferible, en general, que la inmovilización del cuello sea indicada y supervisada por un médico, el uso no indicado ni supervisado de un inmovilizador puede llevar a un debilitamiento de la musculatura del cuello.
- Si la cervicalgia es severa, o si el cuello está inmovilizado, no realices actividades que requieren moverlo, tales como conducir o andar en bicicleta.
¿Puede tratarse el dolor en el cuello (cervicalgia)?
Existe tratamiento para la cervicalgia. Si, por las razones que tratamos antes, debes ver a un médico, éste tiene diversas alternativas para el diagnóstico y tratamiento.
Para el diagnóstico: además del examen físico y la anamnesis (el relato que hagas de cómo sientes el dolor y qué otros síntomas tienes), el doctor podría solicitar algunas imágenes, como una resonancia magnética. O incluso algunos otros exámenes neurológicos, dependiendo de la hipótesis diagnóstica.
Para el tratamiento, las principales alternativas son:
- Medicamentos: analgésicos, antiinflamatorios y/o relajantes musculares. Recuerda: no te automediques ni autodiagnostiques.
- Terapia física: normalmente tu médico trabajará en conjunto con un equipo capacitado para realizar estas terapias según su indicación.
- Ejercicios específicos para tu caso particular.
- Aplicación de frío o calor local.
- En general el dolor de cuello no requiere cirugía, pero en casos particulares, como una hernia de los discos intervertebrales a nivel cervical, que no cede a tratamientos más conservadores, podría ser necesario intervenir.
Recomendaciones generales
La mayoría de los casos de cervicalgia es debido a dolor muscular. Cuida tu posición al dormir y trabajar. Hay algunas medidas simples que tú mismo puedes tomar para evitar el dolor en el cuello. Si el dolor tiene otros síntomas asociados, o dura más de siete días, lo mejor es consultar a un médico.
Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor