Dr. Smiljan Astudillo

Dolor y rehabilitación

El dolor crónico puede ser incapacitante, como bien saben quienes lo padecen y su entorno familiar inmediato. Por esto, dolor y rehabilitación van de la mano. Igual que una lesión física de seriedad, el dolor es una de las principales causas de limitación física, o incluso psicológica. 

Si no lo has hecho aún, puedes revisar mis artículos sobre el dolor y tratamiento del dolor.

¿Por qué el dolor es causa de discapacidad?

La discapacidad es definida como la limitación de alguna función corporal, ya sea afectando uno o más sentidos o alguna capacidad física. El dolor, especialmente el dolor crónico, puede afectar la capacidad de desenvolverse normalmente y llevar una vida plena. 

El dolor crónico:

  • Genera trastornos funcionales limitando la amplitud, libertad y eficacia de nuestros movimientos. Si la causa original y física del dolor ha sido resuelta, por ejemplo, mediante una cirugía u otro tratamiento, y el dolor persiste, es posible que actividades básicas como caminar, conducir un vehículo, realizar tareas domésticas, trabajar frente a un computador, levantar pesos o realizar actividad física, se vean afectadas o limitadas a causa del dolor.
  • Puede producir trastornos psicológicos o de salud mental, tales como la ansiedad y depresión.
  • Afecta el buen dormir. La incomodidad del dolor crónico puede afectar tanto nuestra capacidad de conciliar el sueño como de tener un sueño reparador, de duración y calidad suficiente. Recordemos que el sueño no sólo cumple una función fisiológica de descanso, también existe una serie de procesos hormonales que se cumplen durante el sueño, así como otros asociados a la memoria, al procesamiento de las experiencias y eventos vividos. Aún más, existe evidencia de que el adecuado funcionamiento de nuestro sistema inmune requiere del sueño.
  • Incluso puede afectar nuestra vida familiar, social y laboral.

En resumen, el dolor crónico, si no es adecuadamente tratado, puede resultar incapacitante.

¿Qué relación existe entre dolor y rehabilitación?

En su sentido más amplio, la rehabilitación es el conjunto de acciones médicas orientadas a permitir a una persona con algún grado de discapacidad, tener una vida lo más plena, activa y productiva posible. 

No siempre es posible devolver a una persona el nivel de actividad y funcionalidad que poseía previo al evento que causó la discapacidad. Pero sí es posible, mediante un enfoque integral y multidisciplinario, permitir que adquiera las habilidades y destrezas necesarias para mejorar su calidad de vida.

Dado que el dolor es una de las causas de discapacidad, existe una relación inmediata entre dolor y rehabilitación. En este caso, la rehabilitación se ocupa de los efectos discapacitantes del dolor en lo físico, psicológico y social. Esto, con programas que requieren la participación de diferentes especialistas y una planificación de las acciones de las diferentes disciplinas, según las particularidades de cada paciente.

Una rehabilitación exitosa en casos de dolor crónico permitirá no sólo ayudar a mejorar la funcionalidad física, sino también a disminuir el dolor consistentemente a largo plazo contribuyendo a un desenvolvimiento social más rico y pleno.

¿Por qué existe una rehabilitación asociada al dolor?

A diferencia de los signos visibles de una enfermedad o accidente, el dolor es una experiencia personal de cada paciente. Del mismo modo, el impacto en los diferentes aspectos de la vida es igualmente individual. 

Es frecuente el caso de pacientes que refieren dolor aún cuando la causa inmediata y objetiva del malestar ha sido, supuestamente, resuelta. Pero el dolor que los pacientes refieren es real, y son igualmente reales sus efectos. Por lo tanto, es necesario hacerse cargo, para una rehabilitación plena, de la experiencia de dolor de cada paciente.

Aún después de una intervención exitosa, o de haberse administrado los medicamentos correctos para mitigar o eliminar el dolor, hay pacientes que aún dicen sentir dolor. Esto no debe entenderse como una ineficacia de los tratamientos indicados, sino como una señal de la importancia de un enfoque holístico e integral.

Antes de elaborar un plan específico de rehabilitación para el dolor, es necesario descartar la existencia de causas no conocidas, como un tumor o una lesión objetiva. 

¿Cómo debemos calificar el dolor crónico?

Para calificar un dolor como crónico, debe definirse un umbral de persistencia en el tiempo, frecuentemente entre tres y seis meses. No obstante, cumpliendo estos criterios, se observan mejores resultados a largo plazo si el paciente es sometido de forma temprana a un programa de rehabilitación.

Es necesario que el paciente ingrese al programa de rehabilitación en forma voluntaria. Deberá descartarse en forma previa la existencia de alguna patología psiquiátrica que no sea compatible con el tratamiento de rehabilitación.

También es aconsejable que existan profesionales de la salud de nivel primario, para acompañar al paciente durante la rehabilitación y hacer el seguimiento apropiado una vez terminado el proceso.

Si durante la rehabilitación se indica un tratamiento quirúrgico, como un bloqueo facetario o fijación de columna, es posible compatibilizar ambos enfoques. La evidencia muestra que aún en estos casos, las acciones de rehabilitación permitirán una mejor recuperación funcional y menor dolor en el período postoperatorio.

El plan de rehabilitación comprenderá, una vez realizado el diagnóstico completo y eventualmente revisado en comité ad-hoc, al menos los siguientes objetivos:

  • Mejorar la funcionalidad. Incluye el conjunto de terapias físicas diseñadas para cada caso, junto con el apoyo de profesionales de salud mental, para mejorar el desempeño interpersonal.
  • Disminuir el dolor. Incluye el tratamiento farmacológico, ya sea con antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) y/u otros medicamentos tales como relajantes musculares, opioides, esteroides, etc. Eventualmente podrían agregarse tratamientos quirúrgicos o intervencionales.
  • Mitigar los efectos psicosociales. En esta línea se consideran los tratamientos cognitivos y conductuales, así como tratamientos medicamentosos para la depresión y/o ansiedad, si están presentes. Podría ser indicada además la terapia con el grupo familiar.

En resumen

La relación entre dolor y rehabilitación es muy cercana. Tanto por el efecto incapacitante que tiene el dolor crónico, como por la necesidad de un enfoque de rehabilitación que vea todos los efectos físicos, psicológicos y sociales del dolor. 

La participación de un equipo multidisciplinario y coordinado permite entregar al paciente herramientas para mitigar la experiencia de dolor a largo plazo y lidiar de mejor forma con él. Se facilitará así la recuperación de una vida más plena y productiva.

Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor

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