Dr. Smiljan Astudillo

Epicondilitis

La epicondilitis es la inflamación, normalmente dolorosa, del punto de inserción de un tendón en un epicondilo, o prominencia redondeada en el extremo de un hueso. En el caso del cuerpo humano, existen epicondilos en el extremo del húmero y del fémur, donde se articulan el codo y la rodilla, respectivamente.

Ahora bien, la inflamación dolorosa se produce normalmente en el codo, dando origen a los nombres coloquiales de los tipos particulares de epicondilitis: el “codo de tenista” y el “codo de golfista”, siendo causada, principalmente por movimientos repetitivos. Revisemos con mayor detalle qué es y cómo se puede tratar la epicondilitis.

¿Qué causa la epicondilitis y cuáles son sus síntomas?

La epicondilitis es producida a lo largo de un cierto período, por movimientos repetitivos que producen una sobrecarga. Si bien es frecuente en ciertos deportistas, como tenistas, golfistas, y quienes practican deportes “con raqueta”, como paddle, squash o tenis de mesa, entre otros, no está exclusivamente asociada al deporte. 

No es, por lo tanto, un fenómeno de aparición repentina, sino que un trastorno degenerativo que evoluciona en el tiempo. En el caso de los deportistas, dependiendo de su nivel de desempeño, puede estar asociada a una sobreexigencia, o bien a defectos en la técnica del deporte respectivo.

El síntoma principal de la epicondilitis es el dolor, principalmente en el codo. Puede presentarse también con inflamación y sensibilidad aumentada.

¿Cómo se diagnostica?

La epicondilitis se diagnostica clínicamente, es decir, por parte del médico en la consulta.

Normalmente, la información que el paciente refiera sobre el dolor que lo(a) aqueja y sobre sus hábitos, entregará la información suficiente para la identificación de la epicondilitis.

De todas maneras, las imágenes médicas, principalmente radiografías, ecotomografías o resonancias magnéticas, pueden ser de ayuda para confirmar anatómicamente los hallazgos clínicos.

¿Cuál es el tratamiento para la epicondilitis?

En un alto porcentaje de los casos, el tratamiento de la epicondilitis es médico, en el sentido que no suele requerir cirugía. En el tratamiento participarán kinesiólogos, además del médico tratante.

Lo habitual es suspender temporalmente los movimientos específicos que causaron la epicondilitis y la aplicación de frío local. A esto suele agregarse el uso de antiinflamatorios y terapia física.

La reeducación de los movimientos es una parte de la recuperación, por ejemplo, en el caso de los deportistas. Los médicos fisiatras podemos abordar junto a un equipo asociado, también, cuando la causa es, por ejemplo, laboral.

En caso que los tratamientos médicos no surtan efecto, podría indicarse la cirugía, que tiene buenas tasas de éxito, aunque implica un proceso y período de recuperación más prolongado.

Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor

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