El síndrome de dolor miofascial se caracteriza por el dolor crónico en múltiples puntos gatillo, o nudos, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. En este artículo te cuento más sobre este síndrome, sus posibles causas y tratamiento.
Si no lo has hecho aún, te aconsejo leer el artículo en que hablo en mayor profundidad de los puntos gatillo, que son un componente importante del síndrome de dolor miofascial.
¿Qué es el síndrome de dolor miofascial?
El síndrome de dolor miofascial se presenta como un dolor persistente, crónico, en diferentes puntos del cuerpo. Estos puntos son hipersensibles. Cuando se estimulan o pulsan producen espasmos musculares y una irradiación del dolor siguiendo el trayecto del músculo. En ocasiones son perceptibles al palparlos, o incluso apreciables a simple vista.
El dolor se denomina miofascial porque se localiza en los músculos y en la fascia, que es una capa de tejido conectivo que recubre los músculos.
La intensidad del dolor es variable, desde constante pero de baja intensidad hasta discapacitante. Típicamente no cede a las medidas habituales domésticas para mitigar el dolor muscular, como la aplicación de frío o calor, o reposo.
¿Qué causa el síndrome de dolor miofascial?
Aún no se comprenden totalmente las causas del síndrome de dolor miofascial. No obstante, la descripción clínica del fenómeno es consistente y bien definida. No existe consenso en la comunidad científica sobre sus causas.
Entre otras causas hipotéticas, están las enfermedades del tejido conectivo, trastornos del ánimo o emocionales, y posturas inadecuadas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es principalmente realizado por el médico en la consulta, clínicamente. No hay evidencia ni consenso de que el diagnóstico del síndrome de dolor miofascial se facilite con imágenes médicas. Se propone que podría detectarse en estudios del sueño o polisomnografía.
Tratamiento
Para un alivio del dolor, a corto plazo, puede ser útil la terapia de masaje empleando técnicas de liberación de puntos gatillo y de liberación miofascial. Estos implican una suave manipulación y masaje de la fascia. Asimismo la fisioterapia se ha demostrado efectiva para recuperar la amplitud de movimientos y coordinación motora. Especialmente los estiramientos suaves y ejercicios dirigidos.
También en las primeras etapas pueden ser útiles para brindar alivio la evaluación de postura y los ejercicios de estiramiento suaves y sostenidos.
Una vez que los puntos hipersensibles desaparecen, es posible comenzar ejercicios de fortalecimiento muscular.
Otra terapia empleada es la punción seca, es decir, mediante agujas, sin infiltrar ni inyectar medicamentos. Es una técnica distinta de la acupuntura. No obstante, no hay evidencia definitiva de su eficacia.
Hay diferentes causas y tipos de dolor, en mi cuenta de Instagram voy publicando sobre esto y otros temas. Te invito a seguirme.
Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor