Dr. Smiljan Astudillo

Síndrome de Dolor Regional Complejo

El Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) es un conjunto de síntomas y signos que ocurren tras una lesión o daño, y cuya manifestación se caracteriza por la presencia de dolor regional, predominantemente distal, acompañado de alteraciones sensitivas, cambios cutáneos, cambios de temperatura, disfunción vasomotora, presencia de edema y retraso en la recuperación funcional.

Diagnóstico del Síndrome de Dolor Regional Complejo

Su diagnóstico es difícil de realizar, deben descartarse otras patologías. Es importante que el tratamiento sea lo más precoz posible para evitar su expansión.

Tipos de SDRC

Se definen dos tipos:

Tipo I: Distrofia Simpática Refleja o Síndrome de Südeck, en el que no se identifica ninguna lesión nerviosa y representa el 90% de los casos clínicos

Tipo II: Causalgia, en la que sí objetivamos lesión nerviosa

Causas del Síndrome de Dolor Regional Complejo

Con frecuencia aparece tras un episodio nocivo desencadenante, principalmente cirugías o traumatismos menores. Se manifiesta con dolor espontáneo o hiperalgesia, no limitado a dermatomas (región de piel inervada) ni a la distribución territorial de un nervio periférico.

Características del SDRC

Suelen ser cuadros de dolor desproporcionado en relación al episodio que lo causa. Es una patología muy dolorosa y que afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes que lo padecen.

Principales síntomas del Síndrome de Dolor Regional Complejo

  • Dolor intenso
  • Hiperestesia: aumento sensibilidad a un estímulo táctil
  • Hiperalgesia: aumento del dolor frente a algo no tan doloroso
  • Alodinia: dolor a cosas que no generarían dolor, por ejemplo, el roce de la ropa
  • Déficit sensorial
  • Trastorno hemisensorial de un lado
  • Hipoestesia: disminución de la sensibilidad
  • Tumefacción
  • Sudoración anormal
  • Cambios cutáneos: palidez, fibrosis, hiperqueratosis, piel brillante y fina
  • Cambios de temperatura y coloración en la piel
  • Atrofia muscular y ósea
  • Alteraciones tróficas
  • Hipertricosis: aumento de vello
  • También pueden presentar disfunción motriz como temblores, distonía, mioclonías, limitación de movilidad articular y alteración muscular.

Criterios para diagnosticar Síndrome de Dolor Regional Complejo

Debe existir al menos un síntoma en 3 de las 4 categorías siguientes:

  1. Sensoriales: hiperalgesia (+ sensibilidad al dolor) y/o alodinia (dolor al tacto suave)
  • Vasomotores: asimetría de la temperatura y/o cambios o asimetría en el color de la piel
  • Sudomotor / Edema: edema y/o sudoración, y/o sudoración asimétrica
  • Motor / trófico: disminución de la amplitud de movimiento y/o disfunción motora (debilidad, temblor, distonía) y/o cambios tróficos (pelo, uñas, piel)

Debe mostrar al menos un signo en el momento de la evaluación, en 2 o más de las siguientes categorías:

  • Sensorial: Evidencia de hiperalgesia (al pinchazo) y/o alodinia (al tacto suave y/o presión somática profunda y/o el movimiento de las articulaciones)
  • Vasomotora: Evidencia de asimetría de la temperatura y/o cambios de color de la piel y/o asimetría
  • Sudomotor / Edema: Evidencia de edema y/o sudoración cambios y/o sudoración asimétrica
  • Motor / trófico: Evidencia de disminución de la amplitud de movimiento y/o disfunción motora (debilidad, temblor, distonía) y/o cambios tróficos (pelo, uñas, piel)

No hay otro diagnóstico que explique mejor los signos y síntomas de esta patología.

Tratamiento del Síndrome de Dolor Regional Complejo

Lo más importante es que el tratamiento de esta patología sea precoz. Tiene aspectos farmacológicos y no farmacológicos. Ambos están orientados a manejar el dolor, disminuir el edema, además de ir recuperando la movilidad de la zona afectada.

La enfermedad tiene varias fases: inflamatoria, distrófica y atrófica. Inicialmente debemos ir manejando la inflamación y dolor agudo, que se siente como fuego intenso.

Eso se realiza con antiinflamatorios corticoidales y no corticoidales. Puede realizarse un bloqueo nervioso mediante un procedimiento ecoguiado, que ayude a la eficacia de la terapia inicial «reseteando” el nervio.

Para el manejo del dolor neuropático que se percibe, se utilizan opiáceos junto con los neuromoduladores gabapentinoides y antidepresivos duales o tricíclicos, que van disminuyendo la sensibilizacion dolorosa.

Además, pueden utilizarse los bifosfonatos para disminuir el edema y la lidocaína tópica para manejar el dolor neuropático localizado.

Dentro del manejo no farmacológico existe también la desensibilización del dolor, la movilización pasiva y activa que no debe ser enérgica; la terapia en espejo y el trabajo funcional progresivo realizado tanto por kinesiólogos especializados como también por los terapeutas ocupacionales.

Rehabilitación

La rehabilitación del SDRC (Síndrome de Dolor Regional Complejo) se debe basar principalmente en recuperar la funcionalidad y la movilidad de la zona afectada, que se ha ido perdiendo en la medida que avanza a la fase distrofia y atrofia. Por lo general, si no ha habido un diagnóstico y un manejo precoz, la extremidad se torna rígida y dolorosa, y la rehabilitación se hace más lenta, tanto por el dolor que provoca la movilización, como por el miedo a sentirlo.

Un equipo multidisciplinario

El manejo debe hacerlo un equipo compuesto por el fisiatra, el kinesiólogo y el terapeuta ocupacional. Apoyado también por el psicólogo cuando el dolor también ha ido afectando las otras esferas de la vida diaria.

El objetivo del tratamiento es recuperar la movilidad e ir entrenando, tanto a la extremidad como al cerebro, acerca de la reconceptualización del dolor y evitar que el cerebro “ampute” la extremidad por considerarla «no útil».

Para manejar esto, se debe trabajar en la inclusión de la extremidad en las actividades básicas de la vida diaria, ir entrenando el manejo y coordinación (de la corteza cerebral a la mano), para que se vayan cumpliendo las órdenes entregadas por el sistema nervioso central.

Además, mediante órtesis especializadas, se trabaja en la obtención de rangos de movimientos más amplios.

Mediante la educación, los terapeutas enseñan a los pacientes a evitar posturas viciosas y los entrenan en la integración del segmento a las acciones cotidianas. Para ello, debe haber un proceso de asimilación, percepción, desensibilización, coordinación y fortalecimiento que permitan ir logrando estos objetivos.

Una de las terapias muy bonitas y que funcionan bastante bien, es la terapia en espejo, donde se proyecta la extremidad contralateral, haciendo «creer» al cerebro que la mano ya no está teniendo la lesión, favoreciendo la neuroplasticidad y la consiguiente integración.

La rehabilitación es un proceso gradual que debe ser constantemente evaluada y dirigida por el equipo terapéutico.

¿Se puede prevenir?

Si bien entre el 5-10% de los cuadros de SDRC, no tiene una causa clara, la mayoría se produce por un evento físico traumático como una lesión o una cirugía. No está bien clara la correlación previa de quiénes podrán padecerlo y quiénes no, sin embargo, hay algunas acciones preventivas comprobadas que pueden disminuir la aparición del Síndrome de Dolor Regional Complejo.

Una de ellas, es el uso de la vitamina C posterior a una fractura de muñeca por varias semanas. Además, se debe evitar, en lo posible y dependiendo de la lesión, mantener la extremidad completamente inmovilizada y con posturas viciosas o dolorosas.

Se promueve que haya movilidad sin carga y también evitar el uso de vendajes o inmovilizadores muy apretados o que provoquen dolor. Si aparece un dolor importante, más intenso de lo que estaba sintiendo, siempre es mejor consultar y evaluar con tu médico que haya una evolución adecuada y no esté apareciendo signos de un dolor regional complejo.

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Dr. Smiljan Astudillo
Fisiatra especialista en rehabilitación y manejo del dolor

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